Los hombres invisibles caminan por las ciudades tambaleándose bajo grandes abrigos que los envuelven como paréntesis de oscuridad y de soledad. Al andar rozan las paredes y se detienen oscilando para encender cigarrillos con mecheros inciertos que brillan instantáneamente entre las manos ahuecadas. (Antonio Muñoz Molina)
El miedo nos condena a una vida indigna fundada en la aceptación de lo inaceptable (Eduardo Galeano)
No somos autores de nuestra propia vida.
Nos sentimos libres, pero en realidad estamos guiados por lo que en la segunda mitad del siglo XX se llamó capitalismo, y que actualmente mucho mas radicalizado, se conoce como globalización, con sus promesas de un futuro radiante.
Estos dípticos reflejan una realidad cotidiana, debido a que estamos acostumbrados a ver este tipo de paisaje urbano; pero lo que realmente nos deberían de hacer sentir es agobio, miedo, inquietud, soledad,… la pérdida de identidad, y la aceptación de lo que se nos impone.
Seguimos en la corriente levantando la mano para que se vea que estamos ahí, pero seguimos en la corriente (José Saramago)
La cultura audiovisual ha encontrado en las ciudades el lugar idóneo para desarrollarse. La tendencia a plasmar la vida en imágenes, tratando de mostrar la existencia del ser humano, tiene su encuentro en las grandes ciudades, que se desarrollan como el lugar utópico en el que todas las características de la cultura audiovisual se resumen en las de la estética urbana.